lunes, 7 de enero de 2013

Un canto de Navidad desafinado

Desde hace unos meses, Tania colabora en la revista "Cosmopolitan". Cada mes, os pasaré por aquí la columna.
Aquí os dejo la del mes de Enero.



Un canto de Navidad desafinado.
"Me caen mal la Navidad comercial y las fiestas con (obligatorio) final feliz. Pero sí creo en disfrutar del amor y la buena compañía." 
Maldigo la maldita Navidad. Sin ánimo de parecer una "Scrooge" ( el viejo de Un cuento de Navidad), la verdad es que aborrezco la "Navidad Comercial". La de los anuncios interminables con edulcorantes fragancias y juguetes de último grito (¡Ahhh!). Como ya os habréis dado cuenta, el verde de Grinch del Dr. Seuss debió de robarme el espíritu navideño. Snif, snif. 

ODIO LA NAVIDAD, PERO ADORO SU COMIDA...
    Recuerdo que I hate Christmas casi desde siempre. ¿Y por qué? Es muy simple: mi familia vive lejos y durante mi infancia nos veíamos poco (por no decir nada), con lo cual en casa éramos en estas fechas los de siempre. Nada especial.
    Envidio las familias grandes y mediterráneas que se juntan en casa de la abuela para ponerse ciegos a mazapanes... Los "Noël Days" en mi choza comienzan con el alumbrado de las luces y acaban con el horror obligatorio de la Nochevieja. (Mis queridas cosmolectoras, imagino que pensaréis "menuda ceniza esta mujer". Pues sí, afirmativo).
    Y quizá también os preguntáis...¿y es tan rubia que se ha olvidado de los Reyes? Pues es que, bajo el techo de mis padres, no se celebran ya que somos más anglos: celebramos Boxing day, el dí después de la Navidad (el 26, vaya), ¡comiendo como leones! Esto es claramente lo mejor de la Navidad: la comida.
Además el menú de mi madre "on Boxing day" es siempre el mismo: pavo relleno de puré de castañas con aderezos varios y puré de patatas casero (que me F.L.I.P.A), acompañados de una cama de coles de Bruselas en su punto con avellanas al horno y bacon crujiente. Mamá nos suerte de varias salsas de acompañamiento: de pan con clavo, de carne, de rábano y de arándanos...¡Ay! Salivo y todo solo de pensarlo (gracias, Mamá).
"Odio que me obliguen a pasarlo pipa en una fecha concreta"
Y NOCHEVIEJA TAMPOCO ME CAE BIEN
La Navidad no está sola en mi falta de simpatía: se suma la Nochevieja y su Feliz Año Nuevo (con posterior matasuegras lanzado en toda la cara por algún borracho de felicidad, al que han engañado con la promesa de un año en blanco. Grrr). Odio que me obliguen a pasarlo pipa en una fecha concreta (yo no soy obediente). La felicidad y alegría forzada como que no va conmigo, y no porque haya intentado veces (he bailando en fiestas con tacones y minifaldas imposibles, he aguantado borrachos en cotillones de hoteles caros, he bebido hasta pescar una gran resaca, y un largo etc.). Nunca lo he pasado bien en Nochevieja. Ni con el cambio de milenio, ni con los menos 27 grados que pasé yendo a un cotillón en Suecia a estas alturas de año (y no es broma). Todas mis nocheviejas han sido gélidas; no soy carne de fiestas con matasuegras y confeti. La noche más antigua y más feliz de mi vida la pasé con mi ya marido, cuando solo éramos novios, recién duchados, en pijama y albornoz. Ladies, la compañía lo es todo en estos casos.

SOLO CREO EN LA NAVIDAD CON EL AMOR (Y EN BUENA COMPAÑÍA)
Tengo 33 años y ni he fundado una religión ni soy religiosa. Pero sí he tardado 33 años en darme cuenta de que soy una "hierbas": me considero espiritual e intento predicar con el ejemplo.
    Y por eso estoy convencida de que la Navidad nada tiene que ver con los regalos y la Nochevieja nada tiene que ver con los festejos. No se trata del sentimiento. El espíritu de la Navidad es como un músculo: se puede desarrollar. La vida es un aprendizaje continuo y no me da corte admitir que soy una aprendiz de la vida. Y mi cambio hacia esta época lo atestigua. Ahora pienso que en estas fechas, todo se reduce al amor. Estos días son para pasarlos con los tuyos.
    Si hay algo universal alrededor del mundo entero, es el amor a la familia. Es el amor el que mueve montañas, y por algo será. Tal y como lo veo ahora: la Navidad nos da la oportunidad cada año de ejercer nuestra capacidad de amar y de hacer el bien. Nuestro espíritu navideño solo depende de nosotras, y nosotras somos unas campeonas y unas valientes, Cosmoweeties!
"La Navidad nos proporciona la oportunidad de amar y hacer el bien cada año"

Tania Llasera. Revista Cosmopilitan Enero 2013 




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